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Literatura hebrea

Publicado por Pablo

literatura-hebrea.jpgEl hebreo es la lengua hablada por el pueblo judío a lo largo de la historia. Actualmente es la lengua oficial del Estado de Israel, y desde hace milos de años ha ido alimentando una notable literatura que trataremos de abarcar, aunque sea de forma resumida, en este artículo en La Guía de Lengua.

La literatura hebrea nace en la Antigüedad, y durante sus orígenes es testigo de la aparición de sus mayores ejemplos literarios. Esa literatura hebrea antigua la forma principalmente el Antiguo Testamento, en cuya lenta y laboriosa elaboración estuvieron inmersos los autores hebreos durante cientos de años.

En un primer periodo de esa producción, que puede extenderse desde los primeros años hasta el siglo X a.C, aproximadamente., se desarrolló la mayor parte poética del Antiguo Testamento. Posteriormente ya entre los siglos X y VI a.C., vieron su nacimiento el conjunto de libros que conforman el llamado Pentateuco (o la Torá), que quedaron de esta forma fijados a la tradición y así se conservaron para la posteridad. Sin embargo, como ocurre muy a menudo con estos textos más antiguos, los manuscritos más viejos que se conservan provienen de épocas bastante posteriores.

A este mismo período pertenecen a su vez la mayor parte de las narraciones históricas que hacen relación a los reinos de Israel y Judá (un testimonio de grandísimo valor para los historiadores de la Antigüedad), así como muchos de los Salmos y los escritos de varios profetas.

Entre los siglos VI a II a.C. el Antiguo Testamento se continuó desarrollando. En esta etapa fueron escritos los libros conocidos como el Eclesiastés, los Proverbios, la mayor parte de los Salmos y el libro de Job. En la lengua hebrea se conocen conjuntamente como ketubim, es decir, hagiógrafos. Durante esta etapa se escribieron además muchos de los escritos apócrifos del judaísmo, y en Egipto todo este acervo literario hebreo fue por primera vez traducido a la lengua griega.

Del siglo II a.C. al siglo I d.C. el Antiguo Testamento siguió recibiendo aportaciones. La mayor parte de la producción literaria de esta etapa se conoce como el Halajá y el Hagadá, que trataron temas relacionados con la teología y con la ética, y que se valieron de historias y anécdotas para ello. Los escritos apocalípticos del Antiguo Testamento también provienen de esta etapa, y los libros de Moisés, Daniel, Enoch y Esdras, así como los llamados Manuscritos del Mar Muerto.

A partir del siglo I d.C., la literatura hebrea experimentó una evolución considerable. Durante este periodo, se produjo una gran cantidad de textos rabínicos, que incluyen la Mishná y la Guemará, que juntas forman el Talmud. Este es un compendio de leyes, historias y debates éticos y filosóficos que han influido profundamente en la cultura y la religión judías.

Además, durante la Edad Media, la literatura hebrea floreció en la diáspora judía, especialmente en España con la producción de poesía lírica y filosófica. Destacan poetas como Yehuda Halevi y filósofos como Maimónides, cuyas obras son consideradas pilares de la literatura y el pensamiento judío.

En la era moderna, la literatura hebrea ha seguido evolucionando, abarcando una amplia gama de géneros y estilos. La creación del Estado de Israel en 1948 marcó un hito importante en la literatura hebrea, dando lugar a una nueva generación de escritores que exploran temas de identidad, historia y pertenencia. Entre los escritores contemporáneos más destacados se encuentran Amos Oz y David Grossman, cuyas obras han sido traducidas a numerosos idiomas y han recibido reconocimiento internacional.

La literatura hebrea, por lo tanto, es un reflejo de la rica y compleja historia del pueblo judío, y continúa siendo una fuente inagotable de inspiración y conocimiento para lectores de todo el mundo.