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Los orígenes de la literatura norteamericana

Publicado por Pablo

John SmithLa literatura se desarrolla en cada región del mundo de una forma que refleja los valores, las intrigas, los sueños y los miedos de las sociedades en las que nace. Como no podía ser de otra manera, cuando la surgida en las colonias inglesas del norte de América empiezan a tomar conciencia de sí mismas, y a desarrollar una idiosincrasia propia y única, desarrollan con ellas una literatura característica, suya y propia.

Si bien el siglo XVII estuvo dominado por las influencias europeas, y la continua llegada de nuevos colonos hacía difícil la germinación de un movimiento literario genuinamente americano, la consolidación social sí se alcanzó en el XVIII. Sobre todo, tras el gran impulso que supuso la independencia, y la enorme necesidad que la nueva nación mostraba por desarrollarse de forma auténtica, original y separada de Europa.

La primera literatura surgida en las colonias tuvo, como no podía ser menos, un carácter marcadamente religioso, así como un panorama creativo muy reducido. La práctica totalidad de las obras producidas giraban en torno a la religión, y los temas más repetidos eran la inocencia y el pecado. Todas ellas se basaban en pasajes de la Biblia, y casi ninguna manifestaba siquiera un deseo de sobresalir de ese ambiente reaccionario y conservador tan propio de aquella mentalidad puritana.

A pesar de ello, el paso del tiempo vino a traer una mentalidad progresivamente más abierta, que la literatura recibió con los brazos abiertos. Uno de los temas más frecuentes fue, con el paso del tiempo, el de la descricpión de la naturaleza, sobre todo de los nuevos parajes que iban siendo descubiertos por el hombre blanco. Así, por ejemplo, el célebre John Smith escribía un libro de gran importancia en su momento: Descripción de Nueva Inglaterra. Reconocida explorador, y parte fundamental en la creación de Virginia, Smith se convertía así, también, en uno de los primeros escritores no religiosos de la sociedad colonial.

Otro que también destacó fue William Bradford, holandés de origen, que fue gobernador de Plymouth y escribió otro libro descriptivo sobre esta colonia, así como de la vida colonial en general.

El caso de Bradford no es único. Así como él y Smith publicaron libros tras haber sido gobernadores, John Winthrop –el severo puritano que gobernó Massachusetts- legó un diario de incalculable valor histórico, con el que podemos aprender mucho de la vida cotidiana de aquella colonia, en su época de mayor fanatismo religioso.

En cualquier caso, no era esta la única literatura propia de los primeros tiempos. Otro tema muy recurrido era el de la conflictiva relación entre los colonos y los indios. Destacó en ello la escritora Mary White Rowlandson, también de Massachusetts, que fue secuestrada por unos indios cuando era niña.

Posterior a todos ellos, ya del siglo XVIII, destaca la obra del predicador Jonathan Edwards, uno de los primeros representantes de la nueva generación de nacidos en las colonias. Su obra, además de mostrar un depurado estilo literario, sentó las bases del posterior desarrollo de la filosofía americana, y supuso una cierta apertura para una sociedad que todavía era sumamente conservadora.