Novela de los años 60
Las creaciones narrativas de la literatura española de principios de los años 60 sufrieron una gran transformación en cuanto a su estética, sobre todo desde la publicación de una obra de Luis Martín Santos en el año 1962 titulada “Tiempo de silencio”, además de las aportaciones que hizo la lingüística estructural en toda la literatura.
Como en la anterior época de la novela española ésta era utilizada como arma política y no funcionó, en los años 60 decidieron cambiar radicalmente este testimonio objetivo y adquirir una perspectiva mucho más culta, lo cual se consiguió a través de aplicar el subjetivismo en su palabra y a través de recursos irónicos.
Además, en esta época también empezaron a surgir dudas sobre el marxismo y su poder para cambiar la sociedad, así como la representatividad que se suponía que los escritores tenían del mundo obrero. Estas dudas, junto con la creciente influencia de la filosofía existencialista, llevaron a los escritores a explorar temas más introspectivos y a cuestionar la realidad y la identidad del individuo en la sociedad.
Del lado contrario, sí que se reforzó el contar desde una perspectiva personal, burguesa y universitaria desde un sentido totalmente crítico, acompañado de un léxico exigente y una utilización de todos los recursos narrativos que conocían de una forma sistemática. Este cambio también se vio reflejado en la forma en que los autores comenzaron a experimentar con la estructura de sus obras, rompiendo con la linealidad tradicional y jugando con el tiempo y el espacio en sus narraciones.
El hecho de que la novela narrativa de los años 60 españoles tuviera contacto con la novela del exilio, favoreció a que este cambio de rumbo tan deseado tuviera lugar en la literatura de nuestro país. Este contacto permitió a los escritores españoles conocer de primera mano las experiencias y los desafíos de aquellos que habían sido forzados a abandonar su hogar, enriqueciendo así su perspectiva y su comprensión del mundo.
Cuando los autores españoles de la novela de los años 60 tuvieron conocimiento de la nueva novela narrativa hispanoamericana sintieron aún más necesidad de llegar a este nuevo cambio. Y es que las características de las creaciones hispanoamericanas no pasaron desapercibidas para los autores españoles pues contaban con imaginación y fantasía, lenguaje abrumador, uso de unas técnicas mucho más avanzadas de las que hasta ahora se conocían, personajes y argumentos muy variados y muchas otras más características que dejaron deslumbrados a los novelistas españoles de esta época, provocando un deseo incontrolable de llegar a ese nuevo mundo casi desconocido.
De esta forma casi todos los escritores sociales de los años anteriores de la literatura española alcanzaron este cambio evolucionando de una manera radical y fue entre los años 1966 y 1967 cuando los renovadores llegaron a su punto álgido.
Ejemplos de esta evolución hacia el mundo experimental los tenemos en los autores: José Caballero Bonald con su obra “Ágata, ojo de gato” del año 1974; Juan Benet con “Volverás a región” del 1967; Miguel Delibes con “Cinco horas con Mario” del año 1966; Camilo José Cela con su obra “San Camilo, 1936” publicada en el 1969; Juan Goytisolo con “Señas de identidad” del año 1966 y Juan Marsé con su obra “Últimas tardes con Teresa” publicada en el año 1966.
En el artículo de mañana te contaremos en qué consistió esta novela experimental que tanto influyó los novelistas españoles de los años 60, no te pierdas. Además, también exploraremos cómo este movimiento literario influyó en las generaciones posteriores de escritores y cómo se refleja en la literatura española contemporánea.