Novela experimental
Sin duda alguna, la novela hispanoamericana de la década de los 60 conocida como el boom hispanoamericano influyó en la literatura española de estos años incluso en las dos décadas siguientes. Merece la pena mencionar a los autores que más relevancia tuvieron dentro de este boom hispanoamericano que tanto marcó la novela española de esta época: desde Argentina tenemos a Jorge Luis Borges Julio Cortázar y Ernesto Sábato; de Cuba a Alejo Carpentier y José Lezama Lima; de México a Carlos Fuentes y Juan Rulfo; de Guatemala al Premio Nobel, Miguel Ángel Asturias; de Chile a José Donoso; de Venezuela a Uslar Pietri; de Uruguay a Juan Carlos Onetti; de Colombia a Gabriel García Márquez, que consiguió el Premio Nobel por su obra titulada “Cien años de soledad” y de Perú a Mario Vargas Llosa con su obra “La ciudad y los perros”.
A continuación analizaremos cada una de las características que definieron a la novela experimental de los años 70:
– con respecto a la persona narrativa, desaparece radicalmente lo que hasta ahora se conocía como el autor omnisciente y en su lugar aparece un testigo que puede hablar en primera, segunda y tercera persona, además de hacer la función de narrador, de esta manera se multiplican los puntos de vista desde los que se aprecia el desarrollo de la obra.
– con respecto al tiempo se puede mezclar la narración y el ensayo en un solo tratamiento. Además, se utiliza el recurso de los flash backs, conocidos en español como una vuelta atrás en el tiempo. También se utilizan otras técnicas como el monólogo interior, el contrapunto, el uso de tempo lento, la ruptura de la secuencia temporal, el collage o el enfoque objetivista lista creando de esta manera una novela totalmente nueva.
Por lo que respecta a la estructura de la novela, desaparece la división en capítulos que tanto se utilizaba con anterioridad y en su lugar se crea la secuencia. Del mismo modo, las estructuras lógicas y cronológicas se rompen creando en casos extremos una estructura caótica, lo que reflejaba fielmente la desorientación del emisor y el receptor frente a un mundo sin sentido.
– el argumento puede que ni siquiera exista al igual que le ocurre a los personajes centrales. Incluso se puede llegar a prescindir totalmente de la puntuación, lo que refuerza una vez más la idea de ese tipo de estructura desquiciada que anteriormente hemos descrito.
Ejemplos de esta novela experimental fueron: Carlos Fuentes con “Terra Nostra”; Mario Vargas Llosa con “Conversaciones en la Catedral”; Julio Cortázar con “Rayuela”; Juan Goytisolo con “Reivindicación del conde Don Julián” y “Juan sin tierra”; Alfonso Grosso con “Guarnición de silla”; Juan Benet con “Región”; Gonzalo Torrente Ballester con “Saga- fuga de J. B.” y Francisco Umbral, Premio Príncipe de Asturias del año 1996, con “Memorias de un niño de derechas”, “Mortal y rosa” y “Trilogía de Madrid”.