Obras de Calderón de la Barca
Las obras de Calderón de la Barca sólo pertenecieron al género del teatro. Se conservan todavía unas 120 comedias, 80 autos sacramentales y veinte obras de carácter menor como pueden ser las jácaras, las loas o los entremeses.
En la primera etapa de Calderón de la Barca que duró desde el año 1600 hasta el 1635, destaca sobre todas las demás, la obra llamada «El alcalde de Zalamea» que es una comedia histórica en la que se cuentan leyendas españolas. El autor hace uso del realismo y el costumbrismo que ya utilizó Lope de Vega en la obra que se llama de la misma forma. La diferencia notable es la elevación universal que en la obra de Calderón se hace de los personajes que aparecen en ella. Los personajes Pedro Crespo y Lope de Figueroa son los personajes que mejor se han construido de toda la historia del teatro español.
En la segunda etapa de Calderón de la Barca en la cual llegó a su madurez artística, la obra más famosa sin duda es «La vida es sueño». Se trata de una comedia de carácter filosófico, con muchos símbolos y fantasía. Lo que hace con esta obra es comparar, como el mismo título indica, la vida con el sueño, es por esta razón que todos los valores a los que siempre se les había dado mucha importancia como la riqueza, el poder e infinidad de vanidades, dejaban de cobrar sentido según esta idea ya que en realidad eran ilusiones, como los sueños.
Otros grupo al que hay que hacer referencia dentro de las obras de Calderón de la Barca es el que lo componen las comedias de honor y celos. Estas obras tienen una naturaleza mucho más cruel, despiadada y sangrienta ya que, en la mayoría de los casos, los maridos protagonistas de sus obras asesinaban a sus esposas simplemente porque tenían sospechas de que les podían estar siendo infieles o por celos sin sentido y todo, por defender su honra aunque en realidad las amasen y luego las echaran de menos. Ejemplos de obras de Calderón de la Barca que pertenecen a este grupo son: «El médico en su honra» y «A secreto agravio, secreto venganza».
Aunque tienen menos valor literario, también merece la pena mencionar las comedias de capa y espada tales como «Casa con dos puertas mala es de guardar» y «La dama duende»; y las comedias fantásticas y religiosas como «El mágico prodigioso» y los autos sacramentales como «El gran teatro del mundo», «La cena de Baltasar» y «El veneno y la triaca». Estos autos sacramentales estaban escritos para ser representados en la fiesta del Corpus Christi y describían alegorías de carácter religioso con el fin de celebrar la Eucaristía.
Aunque el estilo de Calderón de la Barca se consideró bastante complejo y culto, poco a poco el público se fue acostumbrando a él hasta tal punto que exigían que las obras de los demás autores utilizaran su estilo como modelo.