Pedro Calderón de la Barca
Tras Lope de Vega y Tirso de Molina, la tercera gran figura del teatro del Siglo de Oro español fue Pedro Calderón de la Barca. Formado en teología y en el estudio de los clásicos, Calderón participó en las guerras contra los franceses de 1638 y 1641. Disfrutó de una intensa vida cortesana, lo que le permitió conocer muy de cerca el ambiente de la corte y los conceptos de amor y de honor que se manejaban en ella.
En 1651 se retiró de la vida pública y fue ordenado sacerdote, dejando entonces de escribir obras teatrales, aunque aún le esperaba una larga vida por delante hasta que murió en 1681.
Su obra se caracterizó por hacer gala de una habilidad nunca vista en el juego escénico, de forma que sólo pueden ser plenamente entendidas cuando son vistas en un escenario. Calderón era capaz de hacer teatro dentro del teatro, dando conciencia a los personajes de estar sujetos a unas normas dentro de un mundo ficticio.
Realmente notable es la variedad de sus obras. Se adentra en el tema filosófico con La vida es sueño; en el del honor conyugal con El médico de su honra; en el drama popular con El alcalde de Zalamea; y en la comedia de enredo con La dama duende. Tuvo Calderón una gran habilidad para distanciar sus obras de sus propias ideas, que quedaban siempre en un pretendido segundo plano.
No hay duda de que La vida es sueño fue su obra de mayor prominencia. La acción se centra en Polonia, en una época no determinada. Allí, la dama Rosaura regresa a su patria vestida de hombre, con la espada de su padre y acompañada de Clarín, su fiel criado, buscando a su amado Astolfo, que la ha abandonado. En su camino encuentra an un hombre encerrado en un torre que responde al nombre de Segismundo. Éste, aunque no lo sabe, es hijo del rey de Polonia, quien lo encerró miedo a que se cumpliera la predicción de un oráculo que le había anunciado como aquél que destronaría al monarca.
Una vez, el rey decide poner a prueba a su hijo y, tras drogarlo, lo introduce en palacio y lo trata como un príncipe. Segismundo entonces, al saber que le habían ocultado tan alta condición, enfuerece rabiosamente y mata a un criado, ataca a Astolfo y abusa de Rosaura, lo que lleva a su padre a volver a drogarlo y llevarlo de nuevo a la torre, vista su maldad. Allí, cuando Segismundo despierta, cree que todo fue un sueño, aunque la belleza de Rosaura le hace dudar. Empieza entonces a actuar bien, por si el sueño no es su vida principesca sino su propia estancia en la torre.
Así explora Calderón un tema de alto contenido filosófico y teológico: si la vida que percibimos es o no real. La vida es sueño se publicó en 1635, y adelantó, en buena medida, los temas que dos años después exploraría el Discurso del método de René Descartes.