Teatro convencional (II)
En el artículo de ayer nos centramos en explicar las principales características de lo que fue el teatro convencional de la época de la posguerra dentro de la literatura española. Si no pudiste verlo, no te preocupes pues puedes acceder a él presionando el enlace que desde aquí te facilitamos a continuación:
Pues bien, continuando por el autor del que empezamos a analizar en el artículo del que acabamos de hablar, José María Pemán, hay que decir que, a parte de los géneros literarios que trató en sus primeras etapas como autor dramático que ya mencionamos con anterioridad, el de exaltación religiosa e histórica y el del teatro convencional, en los siguientes años prefirió acercarse al mundo de las tesis. Alguna de sus tesinas fue la titulada: «Callados como muertos», publicada en el año 1943. En esta obra se preocupó por demostrar que la conciencia que cada uno tiene de manera individual supera a la norma social en cualquier situación, sea la que sea.
Pero si tuviéramos que destacar un estilo de obra dramática sobre el que José María Pemán destacó sobre los demás sería el de la comedia ligera, con un sentido del humor típico de los habitantes de Cádiz y con continuos guiños que iban dirigidos a los espectadores de sus obras, todo ello sin un objetivo moral determinado ni profundo, ni trascendente. Ejemplos de este género fueron: «Los tres etcéteras de don Simón», publicada en el año 1958 y «La viudita naviera», del año 1960.
Otro autor a destacar del teatro convencional de la literatura española de la posguerra es Joaquín Calvo Sotelo que nació en La Coruña en el año 1905 y murió en Madrid en el 1993. Este autor consiguió una gran fama entre el público de clase media y compuso un extenso número de obras dramáticas. Entre sus creaciones cómicas ligeras sin trascendencia caben destacar las tituladas «Una muchachita de Valladolid», publicada en el año 1957 y «La visita que no tocó el timbre», del 1949.
También compuso obras de tesis entre las que destacan «Criminal de guerra», del 1951 y «La ciudad sin Dios», del 1957. Una obra que consiguió un gran éxito, pues estuvo en cartel más de un año, algo muy difícil en esa época, fue la titulada «La muralla», publicada en el año 1954. En ella un problema social y político se desviaba a un problema sin importancia personal.
Existe otro importante autor del teatro español convencional de posguerra es Juan Ignacio Luca de Tena (1897 – 1975) practicó la comedia psicológica como fue el caso de su obra «¿Quién soy yo?», del 1935, y la comedia histórica como el de la obra «¿Dónde vas, Alfonso XII?».
José López Rubio nació en Motril (Granada) en el 1903 y murió en Madrid en el 1996 y defendió con sus obras «Celos en el aire» (1950) y «La venda en los ojos» (1954) una felicidad inventada para conseguir seguir viviendo.
Por último destacaremos a los autores Víctor Ruíz Iriarte (Madrid 1912-1982) con sus obras «El landó de seis caballos» (1950) y «El carrusel» del 1964; y Edgar Neville (1899-1967) con «El baile», del 1952.