Lengua
Inicio Literatura Teatro griego

Teatro griego

Publicado por Pablo

teatro-griego.jpgEl teatro se popularizó a lo largo de las ciudades de Grecia a finales del siglo VI a.C., si bien alcanzó su momento de máximo esplendor durante la corta pero intensa etapa de la democracia ateniense.

El teatro no sólo era «arte»; tenía una función marcadamente didáctica, cívica y social, y muchas veces las representaciones se vinculaban a una determinada festividad religiosa. Se trataba en general de obras muy distintas a las que estamos acostumbrados a ver hoy en día: estaban impregnadas de filosofía, de enseñanzas cívicas y de referencias a los dioses.

Fueron dos los géneros dramáticos que se representaron en los teatros de Grecia. El primero, y más importante, fue la tragedia. Con argumentos extraídos de la mitología, las tragedias se centraban en las dramáticas consecuencias derivadas de la lucha del hombre contra su destino. Eran siempre protagonizadas por personajes de origen noble que se comportaban como héroes, utilizando un lenguaje alto y solemne. A través de su lucha imposible contra el destino marcado, enseñaban a los espectadores valiosas lecciones sobre la naturaleza humana, algo que Aristóteles condensó en un término muy descriptivo al que llamó catarsis.

Estas tragedias se escribían en verso, contaban con partes dialogadas y otras partes cantadas por un coro que comentaba de forma «externa» a la acción la situación de los protagonistas, y que representa la opinión del público.

Los tres autores que alcanzaron mayor éxito fueron Esquilo, autor de la Orestíada; Sófocles, con obras como Antígona o Edipo Rey; y Eurípides, autor de Medea o de Andrómaca.

El otro gran género del teatro griego fue la comedia, que en muchos casos no fue sino su opuesto mismo. Al contrario que la tragedia, la comedia no trata de temas elevados, ni llena el escenario de héroes. Su única intención es conseguir que el público que asista a la representación se divierta con ella. No obstante, los comediantes griegos no dejaron pasar oportunidad de criticar determinados aspectos de su sociedad.

Tristemente, sólo se conservan comedias clásicas de un único autor: Aristófanes. Autor de once obras, se caracterizó por el uso de la fantasía, el humor sin sentido y la parodia. Sus obras estaban llenas de burlas, chistes, sátiras, y rodeadas de mucho bullicio. Lisístrata, La asamblea de las mujeres o La paz son sus obras más conocidas.

Más adelante surgió la llamada Comedia nueva, de carácter menos bullicioso y más costumbrista, ambientada en contextos familiares y llena de enredos amorosos en familias respetables. Menandro fue el autor más prestigioso de este tipo de género.