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Virgilio

Publicado por Pablo

VirgilioVirgilio, nacido en el año 60 a.C., es el autor del gran poema épico de los romanos, la Eneida. Nació en Andes, un pequeño pueblecito cercano a Mantua. No procedía de una familia muy rica, pero lo suficiente para ofrecerle una buena educación. Así, cursó estudias de literatura griega y filosofía, además de matemáticas y medicina.

Su primer gran éxito fueron las Bucólicas. Para esta obra tomó como modelo de referencia al griego Teócrito, el creador de la poesía bucólica, en realidad, aunque incorporó algunas novedades al género. Los pastores protagonistas de las bucólicas virgilianas eran refinados, bien educados, y capaces de hablar de política y literatura. Esta primera gran obra está formada por diez poemas pastoriles en los que el autor explica algunos hechos reales de la época. Las Bucólicas le dieron muy pronto una gran reputación, que se acrecentó aún más con la segunda de sus grandes obras, las Geórgicas.

Las Geórgicas son un poema didáctico dedicado a las labores del campo. Lo escribió para estimular, según los deseos de Augusto, el gusto por la agricultura, y posee un verdadero valor científico. Sin duda, hubo de inspirarse en buena medida en Los trabajos y los días de Hesíodo. De gran belleza y perfección, las Geórgicas constan de cuatro partes: (1) el cultivo de la tierra, (2) los árboles frutales, el olivar y la viña, (3) la ganadería y la (4) apicultura.

Supone la culminación de la poesía didáctica romana, pero Virgilio tenía aún muchas cosas que ofrecer. Cuando Augusto vio la genialidad de esta obra, no lo dudo y le dio al poeta la responsabilidad de escribir la epopeya nacional romana, la que debía de alentar al patriotistmo y la religiosidad de los ciudadanos de Roma.

A este empeño dedicó Virgilio los últimos diez años de su vida, y murió sin acabarla, de hecho. En cualquier caso, esta obra de dimensiones colosales fijó el mito del origen de Roma, de sus dos fundadores, Rómulo y Remo, y de su predecesor Eneas. Virgilio no dudó ni un instante en apropiarse de ciertas ideas e imágenes de la Ilíada y la Odisea de Homero. Sin embargo, su capacidad poética era tan grande que incluso aquello que tomó prestado recibió un nuevo impulso, configurando finalmente una nueva realidad que alcanzó cotas de estilismo y elegancia nunca antes vistas. Contó la totalidad de la historia de Roma, desde sus orígenes hasta la gloria de la época augustea, dejando por el camino numerosas referencias a la grandeza romana y a su esplendoroso futuro.

Desde entonces, muchas creencias y mitos romanos, dispersos y desperdigados, quedaron fijados en este código poético, pero también simbólico y nacional, para la posteridad.