Los pronombres
Los pronombres son un tipo de palabra que desde un punto de vista sintáctico funcionan igual que los sustantivos. Sin embargo, tienen unas características que los diferencian.
La más evidente es que no significan de la misma manera. Un sustantivo común siempre tiene unos campos semánticos únicos e inherentes a esa palabra. O sea, que la palabra bolígrafo siempre se refiere a un instrumento que nos permite escribir con tinta. Mientras que los pronombres presentan rasgos como el de persona, tienen significado de cantidad, sea exacta o no, y también pueden tener rasgos deícticos o referenciales. ¿Qué significa eso?
Son pronombres que se convierten en elementos señaladores de objetos y seres en el tiempo, en el espacio, o incluso en el propio discurso. Por lo tanto son palabras que no tienen significado en sí mismo, sino que adquieren sentido dentro del contexto. Queda más claro sabiendo que nos referimos a pronombres como yo, vosotros, ellos…, aplicables a distintas personas según quién hable, u otros pronombres como este, ese, aquel…, los cuales también hacen referencia a distintas personas y según el pronombre empleado las podemos ubicar en el tiempo o el espacio.
Otra característica que diferencia a los sustantivos de los pronombres, es que estos últimos no son compatibles con determinativos. De algún modo son autosuficientes.
Tampoco pueden ir acompañados de adjetivos.
Y del mismo modo no son compatibles ni con prefijos, ni con sufijos.
Por último, mientras que los sustantivos (también los adjetivos o los verbos) son una clase abierta de palabras, o sea que puede haber nuevos. Eso no pasa con los pronombres. Son una clase cerrada.
Los pronombres se pueden clasificar en dos tipos: intrínsecos y extrínsecos.
Los primeros son pronombres personales como yo, tú… ellos, pronombres relativos como que, quien y el cual (con su variaciones de número y género), pronombres interrogativos como quién y quiénes, pronombres demostrativos neutros: esto, eso y aquello, y pronombres indefinidos: algo, nada, alguien, nadie, uno.
Todos estos pronombres de tipo intrínseco solo pueden ser eso, pronombres.
Mientras que los extrínsecos solo lo son en diversos contextos. De alguna forma se les podría considerar casi como determinativos que en los casos en los que desaparece el sustantivo al que determinan, se transforman en pronombres. El ejemplo es claro:
Esta chica me gusta, pasa a Esta me gusta.
Eso ocurre con los pronombres demostrativos masculinos y femeninos: este, esta, esos, aquellas… Con los pronombres numerales cardinales, a partir del dos, tres, cuatro… También con los pronombres indefinidos algún, alguna, algunos, algunas. Y con todos los pronombres interrogativos y exclamativos, salvo los mencionados quién y quiénes.