Almas muertas
En el artículo de ayer os contamos la vida de uno de los mejores autores de la literatura rusa y universal, Nikolái Gógol. Si no pudiste leerla, no te preocupes, pues puedes acceder a ella pulsando el enlace directo que te proporcionamos a continuación.
Pues bien, en el artículo de hoy nos centraremos en la obra que lo hizo famoso y la que se considera una de las mejores novelas de la literatura universal, aún incluso sin estar completa pues, como ya comentamos en el artículo anterior, el propio autor la quemó antes de fallecer.
En la primera parte de la obra se centra en un personaje llamado Chíchikov, del que se cuentan diferentes aventuras. Chíchikov era un caballero que pertenecía a la clase social media. Desde el principio de la obra se muestra su afán de crearse una buena reputación dentro de un pueblo al que acababa de llegar, de ahí que finja que es una persona adinerada y poderosa. Gracias a esta fachada que él mismo creó consiguió adentrarse en círculos sociales de alta alcurnia que posteriormente le ayudarán para llevar a cabo su misión: adquirir almas muertas.
En la ciudad que se describe en esta obra había una burocracia determinada, y es que los terratenientes tenían que pagar un impuesto por cada siervo que tenía, pero había un problema, el censo, que era el encargado de recaudar estos fondos y de hacer los registros no lo hacía de manera periódica, con lo que entre un registro y otro pasaba tanto tiempo que algunos de estos siervos habían ya fallecido y, aún así, tenían que pagar por ellas. Por esta razón se decía que, en estas ocasiones no se pagaba por siervo, sino por «almas muertas».
Pues bien, aquí es donde aparece el plan que Chíchikov tenía en mente desde el principio, y era el de comprar esas almas muertas. La excusa que contaba a los terratenientes es que tenía algo que hacer con ellos, y éstos solo veían ventajas en la venta pues adquirían dinero y además se libraban de tener que pagar ese impuesto innecesario.
Ese plan tenía un objetivo bien claro para Chíchikov y es que, al parecer, si una persona tenía un determinado número de siervos, además de adquirir una posición social bien valorada, también conseguías una subvención por parte del gobierno con la cual conseguía terrenos. Éste era el objetivo del protagonista de la historia, conseguir unas tierras que le proporcionasen la riqueza necesaria para irse a vivir allí, manteniendo siempre la buena reputación que se había labrado.
Al final, consigue que los ignorantes de los terratenientes les vendan estas almas por un precio simbólico y consigue poco a poco ser tratado como un miembro de la alta sociedad. Sin embargo, dos personajes llamados Nozdriov y Koróbochka no se lo pondrán tan fácil.
Los fragmentos encontrados de la segunda parte de la obra hacía referencia al momento en el que Chichíkov se veía obligado a escapar del pueblo. A pesar de estar inconclusas, fueron igualmente publicadas.