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Lisístrata de Aristófanes

Publicado por A. Cerra

La cultura de la Antigua Grecia ha dejado una huella indeleble en nuestra sociedad. Mucho más de lo que nos creemos. Y en muchos más ámbitos de los que suponemos. Está claro que allí se originó la democracia o los Juegos Olímpicos, o hay conceptos como el de belleza apolínea (de Apolo) que viene de allí. O sea que serían incontables las deudas que tenemos con aquella civilización de la Antigüedad.

Por ejemplo, aún hoy en día hay movimientos pacifistas y feministas que lucen el nombre de Lisístrata. Pues bien, esa es una referencia a una obra de teatro que escribió el dramaturgo griego Aristófanes, el mayor representante de la comedia griega.

Lisístrata es una obra que nos habla de cómo las mujeres de Atenas hicieron una huelga sexual para parar la guerra. Estaban hartas de ver como sus maridos se dedicaban a guerrear constantemente con sus vecinos de otras ciudades de la península del Peloponeso. Y además tras los combates regresaban a casa y usaban a sus mujeres en la cama para reforzar su autoestima.

Así que cansadas de esa situación, las mujeres atenienses guiadas por Lisístrata hicieron una huelga que consistía en no acostarse con sus maridos, por mucho que se lo pidieran. Y eso no terminaría hasta que no firmaran la paz.

Para ello se refugiaron en la Acrópolis de Atenas, e impidieron el paso a los hombres. Desde ahí, poco a poco, se fueron sumando las mujeres de otras ciudades a semejante iniciativa.

Mantener la huelga no fue fácil. Los hombres querían estar con sus esposas, las desean y tienen que satisfacer sus apetitos. Además de que en su ausencia tienen que encargarse de las tareas domésticas y de los hijos. Incluso hay mujeres que intentan salir de la Acrópolis para calmarlos ante sus incesantes súplicas. Sin embargo, Lisístrata logra que todas cumplan con el juramento que han realizado.

Así que la situación para los hombres es insostenible, y se ven obligados a firmar la paz. Tras lo cual hombres y mujeres se vuelve a reunir y lo celebran por todo lo alto. Algo que en los escenarios de los teatros griegos, Aristófanes lo plasma por medio de cantos y bailes.

En definitiva, que estamos ante una obra de teatro con un mensaje muy claro. Pero eso sí, contado de una forma muy divertida. Quizás a eso se deba su éxito, tanto en aquel momento del siglo IV antes de Cristo, como posteriormente. De hecho, las representaciones de esta comedia siguen siendo habituales en los escenarios teatrales del presente. Y no solo eso, sino que siempre que hay actuaciones antimilitaristas el nombre de Lisístrata vuelve a resonar.