Simone de Beauvoir
El nombre de la escritora francesa Simone de Beauvoir (1908 – 1986) siempre va ligado al del autor Jean Paul Sartre. Es cierto que desde que se conocieron en 1929 no solo compartieron su vida, sino también sus inquietudes políticas, siempre basadas en el inconformismo y las posturas combativas frente a lo establecido.
Sin embargo no deja de ser paradójico que el nombre de Simone de Beuavoir aparezca en un altísimo porcentaje siempre acompañando al de Sartre, ya que la obra de esta mujer sobre todo trata de la emancipación de su sexo.
Habitualmente, tanto su obra como su propia vida, se le pone a ella como ejemplo del feminismo más intransigente y militante. Algo que ya manifestó en sus primeras obras y que alcanzó el cenit en el año 1949, con la publicación del libro El segundo sexo. En ella pretendía ni más ni menos que erradicar los tópicos más comunes sobre la condición femenina, los cuales se relacionaban con una función social y una educación distintas a la de los hombres.
Lo cierto es que con esas obras y con otras anteriores como La sangre de los otros de 1944 o Todos los hombres son mortales de 1947, alcanzó un enorme prestigio como autora. Si bien ella misma se criticaba diciendo que su trabajo era excesivamente didáctico.
No obstante, desde un punto de vista literario seguramente lo más interesante sean sus diversas obras inspiradas en sus memorias. Son distintos libros y con títulos muy variados, que fue publicando al cabo de los años y en los que se centraba en determinados capítulos de su vida. Por ejemplo, en el primero de Mandarines del año 1954 nos habla de sus recuerdos dentro de la escuela del Existencialismo en los tiempos inmediatos a la Liberación tras la Segunda Guerra Mundial.
Luego llegarían otras obras de carácter autobiográfico como su interesante Memorias de un joven formal de 1958 o el último de todos ellos que es La ceremonia del adiós de 1981, en el que relata la muerte de su querido Sartre.
Es decir, que tal y como decíamos al principio se convierte en tarea imposible el hablar de Simone de Beauvoir sin mencionar a Jean Paul Sartre. Aún así sus libros poseen una personalidad propia. Se trata de narraciones con un estilo muy directo, sin excesivos adornos y centrados sobre todo en los hechos y las ideas. Y sin duda son una buen crónica para conocer algunos de los fundamentos más importantes de varias décadas del pasado siglo XX.