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Distribución complementaria

Publicado por Pablo

distribucion-complementaria.jpgLa distribución complementaria es un concepto multidisciplinar que puede aplicarse a la lingüística y, dentro de ésta, a la fonética y la morfología.

En lingüística, la distribución complementaria es la relación entre dos elementos diferentes, cuando uno de esos elementos se encuentra en un entorno particular y el otro se encuentra en un entorno contrario. Esto indica, frecuentemente, que los dos elementos en cuestión, a pesar de ser superficialmente diferentes, representan la misma unidad lingüística a nivel profundo, por emplear una terminología chomskiana.

En algunos casos, la distribución complementaria puede darse con más de dos elementos.

Si aplicamos el concepto a la fonética, la distribución complementaria ocurrirá cuando dos sonidos sean alófonos del mismo fonema. En nuestro idioma esto ocurre en algunas ocasiones, como es el caso del sonido [ŋ], que es alófono de /n/; o el sonido [β], que es, a su vez, alófono de /b/. En inglés, por ejemplo, ocurre con los fonemas /p/, /t/ y /k/, cuando estos aparecen en posición acentuada, en caso de que los precede la fricativa alveolar áfona /s/.

Hay casos, no obstante, donde ciertos elementos pueden estar en distribución complementaria, pero no ser considerados alófonos. En el inglés ocurre con los sonidos [h] y [ŋ], dado que, en este caso, cuando aparecen en forma «-ng», [h] siempre aparece al comienzo de la sílaba, mientras [ŋ] siempre aparece al final. Dado que su relación fonética es distante, muchas veces se les considera fonemas distintos.

Por último, el concepto de distribución complementaria también puede aplicarse a la morfología, como decíamos. En este caso, dos formas diferentes de palabras (alomorfos) puede ser realmente diferentes caros de un mismo morfema. Recordemos que un alomorfo no es sino cada una de las formas distintas o distintas realizaciones fonológicas que pueda adoptar un morfema abstracto. En puridad, la realización fonológica concreta de cualquier morfema se llama morfo; así, cuando existe más de un morfo para un mismo morfema, es cuando se utiliza el término alomorfo.

De esta forma, cuando conjugamos en español el verbo soñar, y lo ponemos en presente indicativo, aparece un morfo nuevo: sueño. Y cuando conjugamos el verbo tener, y lo ponemos en pretérito perfecto simple, nuevamente, lo que obtenemos es «tuve».

También el inglés nos ofrece ejemplos de este tipo de distribución complementaria aplicada a la morfología. Un ejemplo muy claro y conocido es entre los morfos «a» y «an», que aparecen en función de si la siguiente palabra empieza por vocal.