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Época modernista

Publicado por Lourdes

generacionEn los últimos años del siglo XIX se acuñó el término de «crisis de fin de siglo» por el gran rechazo que existía con respecto a todo el pasado más reciente.

Frente a esta situación, los artistas se manifestaron de dos maneras diferentes. Por un lado, algunos prefirieron adoptar una actitud bohemia, y, por otro, optaron por protestar con posiciones metafísicas y evasivas.

La generación del 98 se crea como una voz literaria que aparece frente al derrumbamiento que en ese momento España estaba sufriendo, coincidiendo, sobre todo, con la progresiva pérdida de colonias que estaba ocurriendo en el país. Por esta razón la crisis política y social ocurrió de manera paralela a la literaria.

Durante esta época, la cultura europea estaba adentrándose en nuevos caminos con lo que respecta a la política, la filosofía, el arte y la religión. En España, por su parte, aparecieron dos nuevas corrientes que tenían cosas en común.

Autores tan célebres como Azorín, Pedro Salinas o Díaz Plaza confiaban en que estas dos teorías existían y que habían surgido gracias a la crisis anteriormente mencionada. Hubo incluso autores que participaron en ambas a lo largo de su desarrollo.

La primera corriente se basa en la evasión estética, y consiguió un gran número de logros formales. A este movimiento se le llamará modernismo.

La segunda, denominada Generación del 98, centra toda su importancia en el contenido de sus creaciones, y ante la angustia que produce el destino que va a tener la nación y el suyo propio, sus composiciones se caracterizan por sumirse en una profunda reflexión personal. Este movimiento también se consolida como la oposición al modernismo, aunque sí es cierto que conserva algunos de sus mayores logros.

Existieron también otro grupo de autores que preferían que entre las dos corrientes existiera una unión.

Juan Ramón Jiménez considera que el modernismo es una corriente dirigida a la belleza y a la renovación, por lo que abarcó las parcelas tanto de las ideas como de la estética.

Ricardo Gullón, por su parte, considera que la dualidad de estas dos corrientes no tiene que tener lugar. De hecho, lo dejó plasmado en una de sus obras titulada «La invención del 98 y otros ensayos».

Miguel de Unamuno, Pío Baroja y Maetzu nunca fueron modernistas y Antonio Machado y Valle Inclán, por su parte, mostraron su compromiso con la sociedad de forma continua.

En el célebre manifiesto de «Los Tres», haciendo referencia a los autores Maetzu, Pío Baroja y Azorín, y en él, tiende a abrirse al mundo europeo y da confianza al progreso, pero no defiende la estética modernista.

Por último, Guillermo Díaz Plaja compara ambos movimientos considerando que el modernismo cuida la retórica pero con una finalidad estética y que la Generación del 98 utiliza un lenguaje ceñido a la realidad y al contenido.