Lengua

Verboide

Publicado por Pablo

verboide.jpg Se llama verboide al verbo que ha dejado de actuar como verbo de forma primaria, es decir, al que aún actuando como un verbo a nivel sintáctico, ha dejado de serlo en el sentido sintáctico y semántico. Puede ser que haya pasado a actuar como un sustantivo, como un adjetivo o como un adverbio. Este tipo de fenómeno ocurre cuando el verbo se conjuga en alguna de sus formas no personales, ya sea infinitivo, gerundio o participio. El verboide es, por ende, un verbo disminuido en su función verbal.

La forma infinitiva del verbo no distingue, en particular, ni persona, ni número ni tiempo (aunque algunas lenguas, como el griego clásico, sí distinguen tiempo en el infinitivo). Tiene la particularidad de ser la forma «estándar» del verbo, la forma por la que se puede encontrar un verbo en un diccionario y la que primero aparece en los manuales. Y tiene la particularidad de ser susceptible de «sustantivarse», es decir, actuar en la oración desempeñando la función de un sustantivo en lugar de la función de un verbo. En esos casos, como en «fumar perjudica gravemente la salud», «fumar» es más sustantivo que verbo, como «cantar» en «me gusta cantar».

En algunas ocasiones, el infinitivo puede formar parte de una perífrasis verbal, siendo además, cuando esto ocurre, el que aporte tanto el significado principal como el valor sintáctico de la misma. Así, hemos de distinguir dos tipos de casos: cuando el infinitivo es transitivo y lleva explícito un complemento directo (como en «tenéis que preparar la cena») o cuando el infinitivo no es transitivo y no lleva complementos obligatorios (como en «tenéis que ir al concierto»), el infinitivo actúa como verboide.

El gerundio es otra de las formas no personales que conforman el grupo de los verboides. Se forma mediante la raíz del verbo más la terminación «ando» o «endo», y generalmente expresa simultaneidad, como en «está nevando» (se quiere decir «ahora mismo», o en el mismo tiempo en que se desarrolla la acción de la oración, como en «estaba nevando cuando llegamos»). En muchas ocasiones el gerundio puede olvidarse de sus funciones verbales y pasar a actuar como un adverbio.

Por último, el grupo de los verboides lo completa el participio. El participio es forma mediante la raíz del verbo más la terminación «ado», «edo» o «ido», en función de la conjugación. En la mayoría de los casos, los participios adoptan una mezcla de funciones prestadas por los verbos y por los adjetivos. Por ejemplo, puede llevar complementos cuando forma parte de un verbo compuesto (como en «he comprado fruta»), y puede llevar sujeto (como en «muerto el perro, se acabó la rabia), características ambas propias de los verbos. En cambio, puede concordar en número y género con otro sustantivo («el niño perdido» y «las niñas perdidas»), y puede llevar cuantificadores (como en «el niño perdidísimo»), características que son propias de los adjetivos.