Literatura
Aunque el término “literatura” tiene diferentes significados dentro del diccionario de la Real Academia Española (RAE), en el artículo de hoy nos vamos a centrar en su sentido puramente estético.
Uno de los aspectos más importantes que define al fenómeno literario es que su significado no tiene un referente real, sino imaginario. Es decir, aunque en su origen siempre haya vínculos entre lo que es el mundo real y el lenguaje que se utiliza en la literatura, nunca llega a identificarse con la realidad con la cual estamos rodeados. Lo que sí que hace el proceso literario es hacer uso de la realidad para transmmitir una emoción determinada, crear una belleza, evocar una sensación… pero no un conocimiento. Por lo tanto, la función que la comunicación literaria utiliza no es la referencial o representativa, sino la conativa y la estética dirigida directamente a las emociones del receptor del mensaje.
Un factor que distingue al lenguaje literario del científico es que el primero puede ser explicado pero nunca verificado. Esto es, la realidad que se crea en el mensaje literario no tiene una verdad experimental.
Por ejemplo, las relaciones de amor que se muestran en las obras de Quevedo, Dante o Petrarca, los relatos que cuentan la historia amorosa de Cleopatra y Marco Antonio e infinidad de historias de amor que hoy en día están plasmadas en libros y siguen emocionándonos, pueden haber estado basadas en la realidad, pueden haber sido inventadas o recreadas por el autor, puede haber muchas interpretaciones de éstas, pero, este aspecto apenas tiene importancia, ya que dichas obras fueron creadas con una intención meramente estética y, por lo tanto, el contenido es lo de menos, lo más importante es la forma y el objetivo que consiguen cumplir: emocionarnos.
Hablando en términos más técnicos, el lenguaje literario puede ser analizado y sistematizado, contrastando obras del mismo autor y de la misma época, comparando aspectos formales de unas y otras… en general, un estudio muy minucioso, lento y que requiere muchos conocimientos. El lenguaje literario, además debe colocarse más del lado del habla que del lenguaje, aunque no puede considerarse meramente subjetivo. En cualquier caso, si se hace un estudio profundo y exhaustivo de la literatura se debe evitar caer en el error de establecer parámetros y reglas absolutas de épocas y movimientos, ya que no es del todo así pues el lenguaje literario siempre ha gozado y presumido de su total libertad.
En el lenguaje literario, la lengua cobra su sentido más simbólico y es por esta razón que abundan en ella los símbolos, las metáforas, los mitos, los arquetipos, etc.
Por último, debemos añadir que en la literatura frecuentemente se demuestra la riqueza léxica del idioma haciendo uso de la polisemia en contraste a otras ciencias como la filosofía o la física cuya tendencia es totalmente contraria a la literatura.
